sábado, 6 de septiembre de 2014

Frases Populares de Anastasia Steele

-Me siento como Ícaro volando demasiado cerca del sol
-¿Es usted gay, señor Grey?
-Muy joven. Y atractivo, muy atractivo. Alto, con un elegantísimo traje gris, camisa blanca y corbata negra, con un pelo rebelde de color cobrizo y brillantes ojos grises que me observan atentamente.
-Elevan lo cotidiano a la categoría de extraordinario.
-Ningún hombre me había impactado como Christian Grey, y no entiendo por qué. ¿Porque es guapo? ¿Educado? ¿Rico? ¿Poderoso? No entiendo mi reacción irracional.
-José y yo somos buenos amigos, pero en el fondo sé que le gustaría que fuéramos algo más. Es mono y divertido, pero no es mi tipo. Es más bien el hermano que nunca he tenido.
-Una parte de mí desea que me tiemblen las piernas, se me dispare el corazón y sienta mariposas en el
estómago.
-Me desliza muy despacio los dedos helados por el vientre. Como tengo la piel hipersensible, mis caderas se flexionan y el líquido del ombligo, ahora menos frío, me gotea por la barriga.
Christian se mueve rápidamente y lo lame, me besa, me muerde suavemente, me chupa.*Todavía no me ha dicho: «Llámame Christian».
-Su pulgar me roza el labio inferior y contiene la respiración. Me mira fijamente a los ojos, y por un momento, o quizá durante una eternidad, le sostengo la mirada inquieta y ardiente, pero al final centro la atención en su bonita boca. Y por primera vez en veintiún años quiero que me besen. Quiero sentir su boca en la mía.
-Su lengua acaricia mi nombre y el corazón se me vuelve a disparar.
-No puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas. ¿Por qué lloro? Me dejo caer al suelo, enfadada conmigo misma por esta absurda reacción. Levanto las rodillas y las rodeo con los brazos. Quiero hacerme lo más pequeña posible. Quizá este disparatado dolor sea menor cuanta más pequeña me haga. Apoyo la cabeza en las rodillas y dejo que las irracionales lágrimas fluyan sin freno. Estoy llorando la pérdida de algo que nunca he tenido. Qué ridículo. Lamentando la pérdida de algo que nunca ha existido… mis esperanzas frustradas, mis sueños frustrados y mis expectativas destrozadas.
-Es demasiado guapo. Somos polos opuestos, y de dos mundos muy diferentes. Me veo a mí misma como a Ícaro cuando se acerca demasiado al sol, se quema y se estrella.
-Deseo a Christian Grey. Lo deseo desesperadamente. Es sencillo. Por primera vez en mi vida quiero irme a la cama con un hombre. Quiero sentir sus manos y su boca en mi cuerpo.
-Dormir con una mujer… sin sexo.
-El corazón deja de latirme y mi respiración se acelera. ¿Cómo es posible que me afecte tanto? Solo está tocando una pequeña parte de mi cuerpo, y ya se me han disparado las hormonas.
-Si solo hay dos posibilidades, elijo la corrupción.
-Christian a los seis años… Imagino a un precioso niño de pelo cobrizo y ojos grises, y se me cae la baba… Un niño de cabello alborotado al que le gusta la música increíblemente triste.
-¿Cómo puede ser alguien tan guapo y aun así ser legal?
-El bello durmiente sigue dormido, así que lo dejo y voy a la cocina.
-La diosa que llevo dentro ha dejado de bailar y lo observa también, boquiabierta y babeando.
-¿Qué es un polvo vainilla?
-Me alegro de que no puedas leerme el pensamiento.
-Pienso en sus ardientes ojos grises, en su intensa y provocativa mirada, y me pongo tensa.
-Quizá debería pedirle prestado a Kate su pijama rosa de franela. Necesito el contacto de algo mimoso y tranquilizador.


-La diosa que llevo dentro no deja de dar saltitos y palmas como una niña de cinco años. Por favor, di que sí… si no, acabaremos solas con un montón de gatos y tus novelas por única compañía.
-La diosa que llevo dentro deja de saltar y sonríe con serenidad. ¡Oh, sí…!, articula con los labios asintiendo con aire de suficiencia.
-¿Soy sumisa? Quizá lo parezco. Quizá le di esa impresión en la entrevista. Soy tímida, sí… pero ¿sumisa?
-Se ríe a carcajadas, y parece joven y despreocupado, con la cabeza echada hacia atrás. Su risa es contagiosa.
-Creía que lo que habíamos hecho eran polvos de exquisita tarta de chocolate fundido con una guinda encima. Pero ya veo que no me entero.
-¿Christian loco por mí? Difícilmente. Solo está buscando un nuevo juguete, un nuevo y adecuado juguete con el que acostarse y al que hacerle cosas indescriptibles. Se me encoge el corazón y me duele. Esa es la verdad.
-De acuerdo. Me gusta. Ya está, lo he admitido. No puedo seguir escondiendo mis sentimientos. Nunca antes me había sentido así. Me parece atractivo, muy atractivo. Pero se que es una causa perdida y suspiro con un pesar agridulce. Ha sido solo una coincidencia que viniera. Pero, bueno, puedo admirarlo desde la distancia ¿no? No tiene nada de malo. Y si encuentro a un fotógrafo, mañana lo admirare a mis anchas. Me muerdo el labio pensándolo y me descubro a mi misma sonriendo como una colegiala. 
-Ninguna de mis heroínas literarias tiene que maquillarse.
-Pestañea un par de veces y después esboza lentamente una sonrisa indolente y sexy que me deja sin palabras y me derrite por dentro.
-Lo sigo dócilmente por la gran escalera hasta el vestíbulo. Siento picores en el cuero cabelludo, la sangre me bombea muy deprisa. Podría ser el último adiós si decido no aceptar. El corazón se me contrae dolorosamente en el pecho. Qué giro tan radical… Qué gran diferencia puede suponer para una chica un momento de lucidez.
-Es duro y blando a la vez, es como acero envuelto de terciopelo y asombrosamente, suave, salado y sabroso....
-Me siento llena por dentro.
-La diosa que llevo dentro da saltos con pompones de animadora gritándome que sí.
-¿Qué vida tuvo antes de que los Grey lo adoptaran y lo rescataran?
-¿Y cómo te presento a mi padre? ¿«Este es el hombre que me ha desvirgado y que quiere mantener conmigo una relación sadomasoquista»?
-Haces muy bien en ponerte nerviosa, Gia, porque tu trabajo en este proyecto pende de un hilo pero no tiene por qué haber ningún problema siempre y cuando mantengas las manos alejadas de mi marido. Si no, te despido, ¿entendido?
-Acepto las condiciones, Ángel, porque tú sabes mejor cuál tiene que ser mi castigo. Lo único que te pido es… que no sea más duro delo que pueda soportar. (Cita de uno de los libros que le regala Christian).
-Y la diosa que llevo dentro da saltitos como una niña a la espera de un helado.




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Staff Christian Grey: Amo del Universo